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El suelo y las rocas

El suelo y las rocas

El suelo es una capa de aproximadamente 2 metros de longitud formada por rocas y minerales fragmentados, materia orgánica, agua y aire que se encuentra en la parte más superficial de la litosfera o corteza. Su principal función es soportar a la vida y aportarle recursos para que esta pueda desarrollarse. El suelo tarda cientos hasta miles de años en formarse, pues tienen que cumplirse ciertas condiciones para que el ciclo de formación de este avance. Primero tiene que haber rocas y minerales fragmentados, para que se puedan juntar con humus (materia orgánica descompuesta) y comiencen a reaccionar. Después de las reacciones, llegan agua, musgo y microorganismos que siguen reaccionando para que el suelo se convierta en suelo fértil. Según la proporción en la que encontramos los componentes del suelo, podemos tener una gran variedad de tipos de suelo, pero esos los vamos a estudiar más tarde, por ahora veremos la formación del suelo en una imagen.

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En la imagen podemos ver también que se mencionan los horizontes, y justo ahora tendremos que hablar de ellos. Un horizonte es una capa del suelo en donde cambia su composición, por lo que también cambian sus propiedades. El primer horizonte es el horizonte 0, que se compone de materia orgánica iniciando su proceso de descomposición y la mayor parte de la vida. El que le sigue es el horizonte A, en donde encontramos humus, hongos, bacterias, raíces, polvo de rocas y minerales. El tercer estrato es el horizonte B, que se compone de una gran cantidad de minerales. El cuarto nivel es el horizonte C, que está compuesto por rocas y minerales más pesados, es decir de partículas más gruesas. La penúltima capa es el horizonte D, en donde casi que desaparece la materia orgánica y comienza a haber roca dura. La última capa es una capa de roca dura y densa, debido a que está sometida a gran presión y baja temperatura. Estas capas son de suelos fértiles orgánicos, aunque también existen suelos con otras propiedades. Estas propiedades están marcadas por la composición del suelo, y pueden ser el color, el tamaño de las partículas (textura), el espacio entre las partículas (porosidad) y la capacidad para retener agua y albergar vida.

Entre los tipos de suelo más comunes están los suelos arcillosos,  limosos,  arenosos, rocosos y fértiles. Un suelo arcilloso no es poroso y tiene partículas finas, por lo que retiene bien el agua. Un suelo limoso no es poroso y tiene textura medianamente gruesa, retiene mal el agua pero posee bastantes nutrientes. Por otro lado los suelos arenosos son muy porosos y tienen grandes partículas, que aparte no retienen bien el agua. El penúltimo tipo de suelo es el rocoso, que está formado por rocas solidas en la superficie y solo posee el último estrato, no puede albergar vida y es impermeable, es decir que no deja pasar el agua. El último tipo de suelo es el más común y fértil, ya que está formado principalmente por materia orgánica, es poroso y retiene agua, por lo que es muy apto para la vida y los cultivos. También existe una serie de variantes de suelos que pueden ir cambiando en sus propiedades y composiciones, aunque los principales tipos de suelo son los que acabamos de mencionar. En las imágenes, el primer suelo es limoso, fértil y de color café. El segundo suelo es arcilloso, no muy fértil y rojizo. El último suelo es el arenoso y tampoco es muy fértil. Las plantas que lo habitan tienen que adaptarse a no tener agua.

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Ya hablamos del suelo, de cómo se forma y que tipos hay, pero nos falta la materia prima del suelo, las rocas. Cuando las rocas y los minerales se erosionan, quedan pulverizados para transformarse en suelo, pero aún nos falta saber precisamente que son las rocas. Bueno, las rocas son conjuntos sólidos de minerales, mientras que un mineral está formado por un tipo específico de material, como por ejemplo el silicio y el carbono, entre otros elementos. Las rocas pueden clasificarse en 3 tipos según su formación y las podemos diferenciar en su composición y otras propiedades que adquieren al formarse. Las 3 clasificaciones de rocas son las rocas ígneas, las metamórficas y las sedimentarias. Las ígneas son rocas que se obtienen con la solidificación de lava o magma y se subclasifican según la lava se enfría dentro o fuera de la tierra. Si se enfrían dentro de la tierra se llaman plutónicas, mientras que si se enfrían en la corteza terrestre se llaman volcánicas. El segundo tipo de rocas son las metamórficas, que son rocas de cualquiera de los otros tipos que fue sometida a gran presión y temperatura, por lo que su composición y estructura molecular varía de la roca original. La última clasificación es la roca sedimentaria, que se forma con la compactación de sedimentos, es decir fragmentos de otras rocas que se fueron erosionando. Su formación es mucho más lenta que la de las otras rocas, por lo que pueden albergar fósiles sin que se rompan. El proceso de fosilización lo vamos a explicar otro día ya que ahora estamos con las rocas, y aparte de mencionar que son y cómo se clasifican vamos a mostrar una infografía con los cambios que pueden ir sufriendo las rocas, que pueden ir variando de un tipo a otro según qué camino toman en el ciclo de la vida de las rocas.

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