Interferometría

Una de las técnicas más famosas para observar el universo es la interferometría. Para esta técnica necesitamos de 2 rayos de luz, que vamos a medir al mismo tiempo y que después vamos a combinar por medio de interferencia de ondas. Finalmente, podremos obtener varios patrones que con cierto análisis nos dirán ciertas cosas sobre el emisor.

Una de las aplicaciones de la interferometría es para conocer variaciones en la distancia de un objeto. Si enviamos 2 haces de luz simultáneamente y detectamos ambos rayos para después combinarlos, podremos ver un patrón de interferencia. Si las frecuencias son iguales, podemos ver como se amplifican y forman un patrón simple, por lo que sabemos que los rayos vienen del mismo emisor. En cambio, si las frecuencias no son iguales o están desfasadas, se va a formar un patrón irregular, por lo que podemos decir que los rayos no vienen del mismo emisor. Como las frecuencias iguales pero desfasadas parecen venir de emisores diferentes, tenemos que usar instrumentos muy precisos que puedan mantener un margen de error bajo y combinar las frecuencias de manera correcta. Bueno, si la distancia entre el emisor y el receptor cambia, el patrón también lo hace, y así podemos detectar el mínimo cambio que producen las ondas gravitacionales.

La otra aplicación de la interferometría tiene que ver con astronomía. Los telescopios como ALMA en chile usan la interferometria para amplificar la luz que llega del espacio y poder analizar las ondas en conjunto. Estos telescopios cuentan con al menos 2 antenas que deben funcionar de forma simultánea y apuntando al mismo punto del espacio, para así poder captar 2 ondas iguales que combinar. Mientras más antenas ocupemos, más detalles del emisor vamos a poder ver. Mientras más separadas estén las antenas, mayor resolución tendrá el telescopio, por lo que podremos ver más detalles y ver más lejos.
